viernes, 14 de marzo de 2014

La economía rentista y distribucionista durante 1936 -1958

b. El distribucionismo económico. Sembrar el petróleo (1936-1945)

En 1935 muere el dictador Gómez y el sucesor, General Eleazar López Contreras (1936-1941, en la fotografía), inicia un período de mayor apertura política y transformación. Prevalece la idea de que el ingreso petrolero se debe transformar en inversión. La tesis, sugerida por el Dr. Arturo Uslar Pietri, es que el petróleo es un capital natural y que su extracción descapitaliza al país, a no ser que sea empleado en inversiones reproductivas (Asdrúbal Baptista y Bernard Mommer, 1992). Ya en 1928 se habían creado el Banco Agrícola y Pecuario y el Banco Obrero para conceder créditos a diversos sectores económicos. Se supone que el auge económico se transmitirá a toda la población, mejorando automáticamente su nivel económico y cultural. Por otra parte, produciría una economía desarrollada y autosostenida al acabarse la renta producida por el petróleo, al cual se lo supone de corta duración. En otras palabras, la distribución de la renta a los actores empresariales se veía como esencial para el desarrollo económico y social. En este trabajo se llamará distribucionismo económico a esta forma de reparto.

Es importante hacer notar que esta tesis implica una distribución desigual de la riqueza, pues la inversión privada requiere ganancias altas (superiores a su consumo) para las personas que van a invertir. Es claro que aún una distribución inicial igualitaria de esa renta resultaría, al cabo de un cierto tiempo, en una riqueza desigual, por la dinámica de la economía basada en la iniciativa privada, la cual agudiza las diferencias iniciales en riqueza, información y ahorro (Lester Thurow, 1975). En Venezuela, el rentismo se instala ya sobre un régimen de propiedad privada con grandes desigualdades y favorece a los más ricos. Cuando, por otra parte, se declara que el recurso que origina la renta pertenece a toda la población, aparece una contradicción que siempre ha tenido su expresión política en la sociedad venezolana (Domingo, Fargier, Mora, Rojas y Tonella, 1994).

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